Sobre el control del Gobierno de los precios de los alquileres, los economistas opinan que «está demostrado que comporta que los propietarios se retraigan a la hora de ofertar sus viviendas, reduciéndose por tanto el mercado y las inversiones y aumentando la economía sumergida».
Para los economistas, cuanta más oferta pública y privada de vivienda en alquiler exista, más ventajoso será el precio para el inquilino; y para lograrlo se necesita que las reglas del juego «sean claras y con voluntad de permanencia».